CAPITULO 2
~Tomo~
Aquél ser dejo de brillar, y se transformo en ondas de sonido rojas, que
entraron a destruir mis oídos, el sumbido era insoportable, sentí como la
cabeza me iba a estallar y no podía hacer nada al repecto. Sería este mi fin?
me di por vencido ante el dolor y deje caer mi cuepo a lo que parecía ser el
suelo, a lo mejor con el golpe se calmaba la presión que sentía en mi cabeza.
Deje de escuchar aquel ruido, solo sentía el silencio que de alguna forma me
estaba torturando.
- ¿Vas a entrar si o no? - la voz de Seto hiso eco en mis pensamientos
- ¿eh!? - abrí los ojos como de plato y levante la cabeza.
Estaba enfrente de mi casa, apunto de abrir la puerta, no hace mucho que
había llegado de la escuela, al menos eso supuse.
- se abré girando la perrilla - me dio una demostración - es muy sencillo
- ya lo se - dije sin importancia y aún con la mirada perdida
-¿Sucede algo? -Seto me miro preocupado
- pues... nada, solo olvidalo - entre rapidamente a la casa, sin ni si
quiera saludar a mi madre.
No le comente la extraña situación que me había pasado, pues me tacharía de
loco, hasta yo creo que lo que me paso es irreal, y Seto solo lo tomaría como
una arma mas, para molestarme.
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~Ninomiya~
Esta tarde llegué a un fraccionamiento, no sabía si quiera de su
existiencia, pero ahí estaba yo, enfrente de una casa modesta, de dos piso y
con poco jardín. ¿Cómo llegue ahí? eso es algo que tengo que averiguar.
Pero primero lo primero, tengo que buscar cómo demonios llegar a mi casa.
Tome un taxi, en el camino iba metido en mis pensamientos, cuando el
vibrador de mi celular que indicaba una llamada, me trajo devuelta a Japón.
- ¿bueno? - hable desconcertado.
- Nino-chan no se te olvide hoy la cena con mi hermana eh! - advirtio mi
profecional novio.
- ¡oh! ¡Cierto!... ¿qué era lo que teniamos que comprar? - busque entre el
maletín que traía una hoja donde anotar y preparandome para el regaño de Matsumoto.
- NINONAMIDA! - se escucho que dio un golpe a su escritorio - ¿dónde traes la
cabeza ultimamente?!! - reclamó.
-¡lo siento! - baje la cabeza y tome una pluma - ¡ya dime que tengo que
comprar!
- solo compra un vino - Matsumoto dio la orden para después cortar la
llamada.
- p-pero que tipo de - suspire colgando el celular y guardandolo en mi
bolsillo - ¡pff! ¡Yo no sé de vinos!, ¡disculpe! - le hize señas a el conducor-
lleveme a la licorería mas cercana, por favor.
El taxista solo asintío y se desvío del camino a mi casa. Pasaron si mucho
8 minutos cuando llegamos. Me bajé, sin antes decirle a el taxista que me
esperara.Entre a la tiende, no se veía de gran calidad, pero en estas
circunstancias lo que menos quería era quedar mal. Le pedí a el vendedor, que
me diera una botella de su mejor vino. Pague con tarjeta de credito pues nadie
trae en su cartera 62960¥.
Al poner el primer pie en mi casa, corri a el baño para alistarme, ya eran
las 6:39 y Matsumoto llegaría por mi a las 7:00, y por desgracia mia, el era
muy puntual.
Casi sufro un accidente en la regadera por andar a las carrillas, pero todo
valío la pena, pues aun que no se como le hize, pero estaba parado a las siete
en punto esperando de que lleguara mi novio. Matsumoto llegó y se estaciono en
la calle, entre rápidamente pero con
cuidado de no romper la botella, pues costo muy cara para que ni si quiera la
probaramos.
La casa de mi cuñada era grande y muy lujosa, claro el dinero viene de
familia. Por eso mis suegros me culparon de la pequeña mala racha que tuvo la
familia. Pués es mas fácil culpar a el pobre con mala suerte que aceptar un
error.
Pero en fin, eso ya quedo en el pasado. La cena estuvo deliciosa, mi cuñada
se lucía en la cocina y mi con-cuño era muy bueno en poner el mejor habiente.
Aquella noche por lo menos me hizo olvidar aquél extraño evento. Aunque solo
unas horas.
-¿En verdad te encuentras bien, Nino-chan? - Matsumoto se metío entre las
sabanas de la gran cama.
- amm - me senté en la cama para quitarme las pantunflas - pues de salud física,
si, pero...
- ¿pero, qué? - Matsumoto se acosto de costado para poder ver me mejor.
- me han pasado cosas extrañas últimamente - tenía miedo de que no me creyera
pero si en verdad le importó encontrara la manera de ayudarme.
- ¿cómo cuáles? - se acercó más a mí en cuanto me acosté yo - ¡dime qué te
sucede !en verdad me preocupas!
-¡ja! - reí de los nervios - se que sonará loco pero desde hace tiempo,
siento que me siguen, despierto en lugares desconocidos y ni si quiera se ¿cómo?
o ¿cuándo? llegue ahí, oigo voces, y... - sentí los brazos de matsumoto
rodeando mi cuello para que dejara de temblar - ... tengo mucho miedo - me
voltíe para esconder las lagrimas que caían por mí cara en el torso de Matsumoto que las recibió con amor.
- tranquilo, yo estoy aquí para ayudarte, a si que buscare ayuda
profesional -
Pare de llorar.
........................
7 horas antes
Un joven de complección delgada, cabello largo y de traje se detuvo en la
entrada de un callejón. En contro lo que llevaba buscando por casi dos años.
Observaba muy detenidamente a un estudiante de preparatoria. Sus ojos mostraban
sed de venganza y un odio enorme hacía ese joven. Algo extraño pasaba, el joven
se dejo caer de rodillas, parecía muy debíl, sonrío de medio lado, y de repente
se sorprendío, la cabeza del joven azotó contra el suelo, parecía que se había
desmayado. El destino escribio que ese sería el mejor momento para matarlo.
Pero su plan se vino abajo, cuando otro joven casi de la misma estatura, se
acerco corriendo para ayudarlo.
- Tomo! Tomo-baka despierta- Seto estrujaba despacio a su primo.
Mas gente se acerco a ver, aun que de lejos, pues por alguna razón le
temían a ese callejón. A si que el hombre decidío marcharse y posponer su plan.
Depués de ir a comprar un vino, fue a casa a alistarse para una odiosa
reunión familiar, por suerte el no tendría que estar tan presente. Varas horas
de tortura y aquella "fiesta" terminó. No creyo necesario aparecer
esa noche, pero algo hiso que se alarmara, la persona más importante en su
vida, le echaría a perder sus planes y todo por un tonto descuido.
- Tranquilo, yo estoy aquí para
ayudarte,a si que buscare ayuda profesional - su novio le dio un beso en la
frente
- Ni pienses que voy a ir con un loquero, no me vas a ir a abandonar en uno
de esos "centros psiquiátricos", no me arruinaras mis planes, CLARO
QUE NO!-
Aquél joven que lloraba en los brazos de su novio, se levanto muy alterado
de la cama pero más que alterado, enojado, se le enrredaron los pies en las
sabanas tropezando y callendo a el suelo.
- Nino- chan, tranquilizate, nadie hablo de internarte - se levantó de la
cama Matsumoto.
Ninomiya salío corriendo de la casa.
Adieu.
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