CAPÍTULO 4
~Seto~
Al ver como Tomo gritaba de dolor, lo único que podía hacer era asustarme más.
Cuando sentí que el mundo se me venía ensima, fue cuando Tomo se quedó callado,
ya no gritaba, ni si quiera parpadeaba. Corrí hacía el, lo sacudí, pero no
reaciono, lo cargue en mi espalda, y caminaba lo más rápido que podía, ya había
perdido una familia, no quería perder otra. Tomo no podía morir, el no.