Todo por ti. Parte 1.

Entre en aquella habitación de ese lujoso hotel, al abrir la puerta lo encontré a el sentado muy cómodamente en el sillón mirando cada rincón de mi cuerpo con lujuria.

En aquel momento quería salir huyendo de las garras de ese hombre que me trataba peor que un animal, pero por mi hermano menor estoy dispuesto a pasar la noche con esa bestia, a si implique que arriesgue mi propia vida.

-¡acércate! - dijo su voz ronca

Todo mi cuerpo temblaba, no sabía como ordenarle a mis piernas que entraran a ese infierno.

- Que no me ESCUCHASTE - gritó poniéndose de pie

Me estremecí, agache la cabeza y camine lentamente como si me dirigiera a la horca, cerrando la única salida que podría ser mi salvación. Me sentía como un niño indefenso, tal vez por que eso era a excepción de que tengo 15 años.

Se acerco a mí como animal en celo, inhalo fuertemente sobre mi cabeza llevándose aquel aroma de virginidad, que hace tiempo había perdido.

- Kamenashi-san - pronuncie a duras penas el nombre de mi carcelero.

-No...ha-bles - dijo entre besos que depositaba en mi cuello.

-mi hermano, ¿Dónde...esta? - el asco que sentía no lo pude ocultar en mis palabras- dígame...por-favor - solté algunas lagrimas de desesperación.

La única respuesta que escuche fue el silencio más incomodo de mi vida, yo quería saber como se encontraba mi hermano, no sabía nada de el desde que Akanishi lo había atrapado cuando tratamos de huir, estaba tan asustado, aterrado para ser preciso, que me ganó la cobardía y solo corrí dejando a Chinen en las garras de ese animal. Me arrepiento tanto de ese error.

- No se, por que le llamas hermano - retirando de mi la camisa percudida y desabrochándome el pantalón.

- solo dime donde esta - me quede quieto con la esperanza de que me contestara.

-lo vas a saber cuando termine de jugar contigo - me aventó a la cama como si fuera solo un objeto sin valor

Un fuerte dolor de estomago se mesclo con el miedo, pero no podía rechazarlo e irme y dejar solo a Chinen que fue la luz que me ayudo a sobrevivir cuando me  raptaron.

...............-..............-.............-.............-..............  

 flashback

- ¡Déjenme! - lloraba entre gritos tratando de zafarme de los grandes brazos de un hombre

- ¡cállate! - me dio un fuerte golpe en el estomago

Llevaba los ojos vendados y mis muñecas estaban atadas por una soga muy apretada que hacía muy difícil que corriera la sangre por mis venas.

Escuche cuando nos detuvimos el chillido de una puerta, apenas se abrió la puerta y me empujaron dentro de la habitación, el suelo estaba más que helado, y más para mi que llevaba un short y una camisa blanca de algodón, que probablemente ya estaba muy manchada de sangre, por los golpes que me propiciaron mis captores. Aterrado; es como me encuentro, no me puedo hacer a la idea de que no voy a volver a ver a mi familia, pues no creo que puedan pagar el rescate si es que mis captores pidieron uno.

- No te preocupes - esa voz tímida pero muy dulce me trajo de vuelta a esa fría habitación -no van a venir en un buen rato

Aun que las palabras de ese niño quisieron calmarme, no lo lograron, al contrario caí en llanto.

- a lo mejor lo que te diga no te va a tranquilizar - se escucho como unas cadenas rozaban con el piso cuando aquel niño se movía casi a rastras - pero me pone muy feliz ya no estar solo en este lugar.

 Supongo que al terminar esa frase ese niño sonrió, paré de llorar poco a poco pues me puse a pensar que debe de ser muy horrible estar ahí solo, por lo menos ya nos haríamos compañía.

- ¿Quién...eres? - dije ya mas calmado

- me llamo Chinen yuri, ¿y tu?

- Yamada Ryosuke - trate de sentarme pero fue un intento en vano - y... ¿cuánto lle-vas aquí?

- no se, pero no a de ser mucho, eso espero - la voz de Chinen se fue apagando.

Ese día o al menos varias horas no cruzamos mas palabras, hasta que Chinen comenzó a quejarse de dolor. 

- ¡DUELE MUCHO! - lloraba con desesperación- mi estomago - alargo la ultima silaba en un ahogado grito

-¡AYUDA!- no sabía que hacer, en realidad se oía que sufría mucho, a si que seguí pidiendo ayuda

El cerrojo de la puerta se escuchó, y comenzó a abrirse, se escucharon unos pasos que hacían un gran eco en la habitación. Me desataron las muñecas y los tobillos.

- no te quites la venda de los ojos si no quieres morir - me advirtió cuando se alejaba de mí - ya cállate - se escucho una gran bofetada que fue dada a el pequeño niño que se quejaba de dolor- ya vienen los medicamentos en camino.

Unos cuantos segundos después llegó otra persona y dejó caer una bandeja, supongo que en ella venían los medicamentos.

- abre la boca -le ordeno a Chinen una voz extraña para mis oídos

- no tiene fiebre, a si que debe de ser una simple infección - dijo el de la voz mas suave

- entonces con esto debe de recuperarse - contesto el de la voz ronca.

Se oyeron pasos y la puerta se cerró.

Pasaron si mucho 90 segundos cuando volvieron entrar a la habitación.

- pónganse de pie - Nos ordenaron ambos al unisón

Me puse de pie inmediatamente, mis piernas temblaban y me costaba trabajo mantener el equilibrio; ya que no había probado alimento en varias horas, tal vez ya un día  y mi estomago rogaba a gritos un pan, por lo menos.

- caminen - el de la voz ronca me empujo y guío al final de la habitación.

Al salir del cuarto pude sentir que Chinen iba enfrente de mi, dando pequeños pasos que supongo le costaban mucho. Después subimos unas escaleras y pude oír sonidos de automóviles muy a lo lejos. Abrieron otra puerta y nos llevaron al final de la habitación, tenía un olor muy desagradable, se escucho como insertaban las llaves en algún cerrojo.

- ven acá - me cargo el señor que venia atrás de mi y me metió en una pequeña caja.

- deja de llorar - le ordene el otro a Chinen y lo dejo caer a un lado mío.

Después se escucho que encendieron un auto y nos comenzamos a mover; ahora entendía, no era una caja era la cajuela de un auto.

- ¿sabes a donde nos llevan? - le pregunte a Chinen muy asustado

- nunca me habían sacado de aquel lugar - dijo con un hilo de voz.

                  

 Fin de flashback

-.......-.........-.........-..........-..........-.........-.........-

Su lengua jugaba con el lóbulo de mi oreja, sus manos un poco rasposas acariciaban mis brazos. Fue haciendo un camino de pequeños besos hasta mi ombligo, cuando se detuvo para quitarse la bata negra de seda que portaba, me mostro su cuerpo desnudo, como si fuera la joya mas preciosa, retiro de mi los bóxer, y sin mas por hacer empezó a masajear mi miembro, besaba mi cuello con pasión, solté de vez en cuando un gemido que me ira insoportable retener en mi doloroso silencio, odiaba disfrutarlo.  Kamenashi a pesar de que abuso constantemente de mi, era mas cuidadoso al hacerlo que Akanishi, que su definición de sexo es, tortura y golpes.

Mi miembro esta duro y recto, solté algo de semen, al ver eso Kamenashi me sonrío satisfecho de que su trabajo haya dado frutos al fin. A si que coloco su miembro en mis manos. Mis ojos se pusieron llorosos. Me sentía mareado. Hice lo mismo que el hizo. Le di masajes con cuidado y mirando al techo, era asqueroso sentir su miembro en mis manos.

Me obligó a lamérselo, se sentó en la cama y tomo mis cabellos en sus manos arrestándome a sí hasta el suelo, quede de rodillas, enfrente de su miembro y con sus manos empujo mi cabeza hacia el.

- Abre la boca - dijo suavemente

No la abrí, si lo hacía vomitaría. 

- que la abras MALDITO - me cacheteo dos veces y pellizco uno de mis pezones.

- aaaaaah - grité sabiendo que eso me condenaría.

Al abrir la boca metió su miembro en mi delicada boca, movió hacia al frente y hacia atrás mi cabeza provocándose el solo el placer, mi boca estaba llena de semen. Hizo que me lo tragara. Lo odio.

Y bien excitado, me aventó nuevamente a la cama solo que ahora boca abajo, cerré mis ojos y los apreté con fuerza pues sabía que lo que estaba por venir me causaría un gran dolor que al final de cuentas disfrutaría un poco. Maldición.

Sentí como esparcía su semen por todo mi entrada, metió en el un dedo y lo movía en círculos para dilatarlo. La temperatura de mi cuerpo incremento apresuradamente, me tomó de las caderas y las levanto logrando que quedara en "cuatro patas", ya en posición metió su miembro en mi. Asco. Humillación. Rabia. Esas palabras se emitían en mi mente como disco rallado. 

Grandes embestidas empezó a darme, el dolor fue caminando desde mi trasero, dando pequeñas descargas eléctricas por toda mi columna dirigiéndose a mis brazos y cabeza llegando así a mi cara, provocando que frunciera el ceño y finalmente llegando a mis ojos transformándose en lagrimas amargas.

Lo único que podía calmarme de no gritar era acordarme de la primera vez que tuve en mis brazos el cuerpo tan inocente de Chinen.     

.......-.......-.........-.........-.........-..........-..........-....

                   Flashback

La luz estaba actuando como el gran sol, quemaba mis ojos cuando me retiraron las vendas, aquella habitación parecía hecha por los dioses, el suelo estaba alfombrado, con lujosos muebles, había unos sillones grandes que se veían muy acolchonados, lo que me llamó mas la atención fue un costoso equipo de grabación enfrente de la cama King size.

- ¡NOOOO! - gritó cayendo en llanto Chinen. 

Volteé tan rápido que sentí como trono mi cuello, por fin encaré a el hombre de voz ronca, era mas apuesto de lo que me imagine, cualquier persona que no estuviera en mi lugar juraría que es el mejor estudiante de su clase, era alto como de uno 1.70, cabello rubio, ojos castaños y gran elegancia.

Azotaba. Golpeaba. Chinen estaba enroscado en el suelo cubriéndose con sus brazos pequeños de los abusos del hombre.

-¡Déjelo! - El valor salía desde mi corazón y corrí hasta Chinen cayendo sobre el para protegerlo de los golpes.

Sentí unos grandes cintarazos en mi espalda; la quemaban. El otro joven que era igual de apuesto, muy parecido a el otro solo que de estatura mas pequeña y de perfil muy sencillo, me tomó de los brazos y me cargó dejándome caer en la gran cama. Unos segundos después trajeron a Chinen, lo que estaba apunto de pasar era algo que  marcaría nuestras vidas definitivamente.

- Kamenashi ve por las batas al ropero - ordeno el más alto.

- mientras tu ve preparando el equipo de grabación  Akanishi - le respondió abriendo ya las puertas del ropero.

Nos ordenaron quitarnos las prendas que portábamos, Chinen obedeció como si le pagaran por eso pues era tanto el miedo de recibir un castigo que acató muy bien las ordenes. Yo por mi parte me resistí, a si que Akanishi me bofeteó varias veces y prácticamente me arrancó la ropa, empezó a besarme todo como si mi cuerpo fuera agua en un desierto.

Entre mas me resistía peor me iba, a si que después de un buen rato de forcejear me quedé quieto, para esperar mi triste destino.

Chinen ya estaba desnudo al igual que yo, Kamenashi lo empezó a acariciar los brazos, sin dejar de mirar como un buitre hambriento el pequeño e inocente miembro de Chinen.

No se como en tan poco tiempo le tome mucho cariño a aquel pequeño.

Los dos hombres se quitaron la ropa en muy pocos segundos. Akanishi me tomo por los cabellos hasta la otra orilla de la cama, y metió su lengua en mi boca, acariciando bruscamente mi paladar y mi propia lengua, cuando ya la iba a retirar sus dientes atraparon mi labio inferior y lo mordieron agresivamente haciendo que sangrara.

Fue besando mi abdomen y sus manos apretaban con mucha fuerza mis muslos, me puso boca a bajo y me rasguño como un gran gato desde el cuello hasta donde termina la columna, me tomó de las caderas y las levanto, abrió mis piernas dejando a la vista mi ano.

- por favor no me haga nada - dije con un hilo de voz

- ¿Cuándo te di la orden para que hablaras?- al terminar Akanishi la pregunta sin antes lubricarme metió en mi un vibrador con tal fuerza que pensé que moriría

- AAAAAAAAAAAH! - grité dejando que rodara un mar de lagrimas por mi rostro.

Pareciera como si el gritó fuera un "sigue" pues me tomo de los cabellos jalándolo hacia el, y con la mano libre metió aun mas el vibrador sintiendo a si un gran fuego que jamás iban a poder apagar. Ya mi ano dejaba caer algunas gotas de sangre, las cuales excitaron a Akanishi.

Todo me daba vueltas, cuando pensé que me iba a desmayar otro gritó ahogado me hiso mantenerme consiente.

Kamenashi hacía los mismo con Chinen.